¿Qué diferencias hay en estos enfoques?, ¿a qué nos ayuda cada uno? ¡Salgamos de dudas! Un psicólogo trabaja con un amplio espectro de pacientes, condiciones y problemas emocionales y psicológicos como depresión o ansiedad, entre las más comunes. Su intervención, a través del tratamiento psicoanalítico, explora cómo los factores inconscientes afectan las relaciones, patrones de pensamiento, emoción y comportamiento del individuo.^1.2

La mayoría de los psicólogos clínicos se especializan en un tipo particular de asistencia o terapia, el enfoque indicado para cada caso es definido por el terapeuta. Por su parte, el psiquiatra trabaja normalmente con personas que presentan desórdenes severos que, en la mayoría de los casos, requieren tratamiento farmacológico.²

Se recomienda acudir con un psiquiatra cuando hay pensamientos o intentos de hacerse daño a sí mismo y/o a otras personas, se presentan delirios o alucinaciones, existen cambios fluctuantes de humor, hay de pérdida de memoria u otra capacidad cognitiva como el lenguaje o la percepción visual/espacial, si la terapia psicológica no brinda resultados.²

Muchas veces el tratamiento psiquiátrico se acompaña del psicológico, por lo que, de forma paralela, el paciente puede acudir con un psicólogo o recibir algún tipo de psicoterapia. En estos casos, el psiquiatra es quien podrá remitir a la persona a un psicólogo para continuar o complementar su tratamiento.^1-3

Finalmente, es importante tener presente que, ante cualquier inquietud o síntoma, no es indispensable la derivación de un profesional para solicitar la atención de un psicólogo, sin embargo, es recomendable consultar a nuestro médico de cabecera; quien podrá aconsejarle sobre si un psiquiatra o un psicólogo es adecuado para su tratamiento.³