La salud mental es importante desde la niñez y la adolescencia, hasta la adultez y la vejez. Sin embargo, los trastornos mentales son comunes y pueden afectar dicho estado de bienestar de diferentes formas y en diversas etapas y ámbitos de la vida.1
Al enfocarnos en la salud mental desde lo laboral, por ejemplo, encontramos que la depresión es la psicopatología que actualmente produce mayor incapacidad para trabajar. Se estima que alrededor de 300 millones de personas en el mundo padecen esta afección. La OMS estima que solo los trastornos por depresión y ansiedad, en promedio, le cuestan a la economía mundial 1 billón anual de dólares en pérdidas de productividad.2